No puede uno decir que no ….

 

El jueves y el viernes volví a aparecer contaminado por estos virus que nos traen de cabeza por estas fechas, por lo cual decidí posponer cualquier tipo de entrenamiento hasta ultima hora en función de como amaneciera el sábado. El viernes me llamó mi amigo Migue para comentarme que tenia intención de ir el domingo a la sierra, al principio me pareció precipitado y además estaba tocado de la garganta, pero como buen fatiga y amante de las alturas no me pude resistir a tan sabroso y dulce entrenamiento, en fin que prepare el material y me tiré al toro. Ni pisca de arrepentimiento, maravilloso día en la sierra, esplendido ambiente ciclista (parecía aquello una feria), buena compañía y duro entreno (sobre todo para Migue que el día anterior también se había metido 90 km). A seguir sumando, aunque habrá que cuidarse porque estamos delicaitos …

Saludos.